ENTRE MIS DEDOS
Voy abriendo caminos
en tu cuerpo
como quien abre las cortinas
de
una casa en penumbra.
Enciendo los faros
del deseo
para correr como un
loco
en la supercarretera
de la imaginación.
Huelo tu ropa interior.
¡Abro tu sexo!
Y la flor que voy deshojando
-pétalo a pétalo-
se estremece y renace
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