DEVOCIÓN
Ella teje maliciosa
mi destino
desborda mis anhelos
y utopías
en un vórtice supremo.
Como un pequeño
cuervo
devora recuerdos y
ausencias
que ni imagino
traza
líneas de humedad
sobre
mi piel
y
elabora nuevas fantasías.
Descubre en mis ojos
al niño que fui
y al hombre que soy
le da de comer
del fruto exuberante de su cuerpo.
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