sábado, 7 de junio de 2014

CULMINACIÓN    





Foto de Juanjo Ayesta








Cuando la penetro hincada de rodillas,
no logra detener su vuelo.
Mis afanes hacen un surco en su mirada
y su cuerpo se va desmayando
como una flor cuya arrogancia,
habrá dejado para siempre.
Le doy lo mejor de mí
y ella responde vaporosa
enredada entre las zarzas húmedas
de sus cabellos negros.
Me arranca un grito inefable
y sus dedos escarban en el aire
o se vuelven… un manojo de raíces.









Nobuyoshi Araki










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