CULMINACIÓN
Foto de Juanjo Ayesta |
Cuando la penetro hincada de rodillas,
no logra detener su
vuelo.
Mis afanes hacen un
surco en su mirada
y su cuerpo se va
desmayando
como una flor cuya
arrogancia,
habrá dejado para
siempre.
Le doy lo mejor de mí
y ella responde
vaporosa
enredada
entre las zarzas húmedas
de
sus cabellos negros.
Me arranca un grito
inefable
y sus dedos escarban
en el aire
o se vuelven… un manojo de raíces.
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